La virtualización de aplicaciones es un proceso que hace creer a una aplicación estándar que está interactuando directamente con un sistema operativo cuando, de hecho, no es así.
Para completar esta maniobra, es necesario que haya una capa de virtualización insertada entre la aplicación y el sistema operativo. Esta capa, o marco, debe ejecutar los subconjuntos de la aplicación de forma virtual y sin afectar el sistema operativo subyacente. La capa de virtualización sustituye a una parte del entorno de ejecución que normalmente proporciona el sistema operativo, desviando de forma transparente los archivos y los cambios del registro a un solo archivo ejecutable.
Al desviar los procesos de la aplicación a un solo archivo en vez de a muchos archivos dispersos en el sistema operativo, la aplicación funciona fácilmente en dispositivos diferentes y las aplicaciones que antes eran incompatibles ahora pueden ejecutarse en paralelo.
La virtualización de aplicaciones suele usarse junto a la virtualización de escritorios, que desvincula el entorno de escritorio físico y su software de aplicaciones del dispositivo de usuario final que se utiliza para acceder al escritorio.
Las aplicaciones (y la virtualización de escritorios) son una solución de escritorio como servicio (DaaS) gestionada por un hipervisor, también llamado «monitor de máquina virtual (VMM). La infraestructura VMM (software, firmware y hardware) crea y utiliza máquinas virtuales. Un host (servidor) se conecta a varios invitados (terminales).
La virtualización de aplicaciones y escritorios permite gestionar de forma centralizada todo el ecosistema del entorno de escritorios. En vez de tener que aplicar parches a miles de terminales, las organizaciones solo tienen que aplicárselos a unas pocas imágenes de aplicaciones y escritorios virtualizados. Esto les permite distribuir las actualizaciones de forma coherente, exhaustiva y rápida.
Dado que las actualizaciones de software y seguridad se almacenan en imágenes en los servidores del centro de datos, se reduce notablemente el riesgo al que se exponen los terminales en lo referente a vulnerabilidades como programas maliciosos nuevos y manipulaciones de las aplicaciones.
Las imágenes en el servidor hacen que sea más fácil cumplir con normativas como la norma de seguridad de datos para el sector de las tarjetas de pago (PCI DSS) y la ley de transferibilidad y responsabilidad del seguro médico (HIPAA). Dado que los datos no se procesan ni almacenan en los dispositivos, no se produce ninguna vulneración de los datos en caso de que el dispositivo se vea comprometido. El dispositivo no es más que una pantalla.
La virtualización de aplicaciones y escritorios respalda la gestión de incidencias, ya que es posible solucionar muchos incidentes relacionados con los escritorios sencillamente restaurando una imagen virtual, lo que devuelve el entorno de escritorios a su estado anterior.
La virtualización conlleva otras ventajas, como, por ejemplo:
No obstante, algunas aplicaciones plantean desafíos para la virtualización. Por ejemplo, las aplicaciones que requieren un controlador de dispositivo (que es específico para cada sistema operativo, ya que se integra en este) puede afectar el uso de periféricos, como las impresoras.
Además, las aplicaciones de 16 bits y las que requieren una integración profunda en el sistema operativo son difíciles de virtualizar (como, por ejemplo, algunos programas antivirus). La latencia que causa la virtualización puede ralentizar las tareas de procesamiento de las aplicaciones que hacen uso intensivo de gráficos.
Aunque los dos procesos comparten algunas de las características principales, como la reducción de costes, el refuerzo de la seguridad de los datos y el control central, cumplen funciones distintas.
La virtualización de servidores se refiere al uso de uno o varios servidores agrupados en varios grupos de servidores. Si un centro de datos tiene veinte servidores físicos, se pueden virtualizar en dos grupos de diez, por ejemplo, o en un grupo de cinco servidores y otro de quince. No hay ninguna diferencia entre un servidor virtual y un grupo de cinco, diez o quince servidores físicos que funcionen como un servidor individual.
A la inversa, también puede dividirse un servidor físico en varios servidores virtuales independientes, lo que ayuda a sacar el máximo provecho a los recursos de la empresa y facilita la recuperación tras interrupciones inesperadas en los servidores. Los servidores virtuales hacen posible más reducciones de costes, ya que reducen la necesidad de las empresas de contar con múltiples servidores, por lo que disminuye los gastos ambientales, de mantenimiento y de energía.
Virtualizar aplicaciones significa que puede ejecutarlas, sin ninguna dependencia, en otro sistema operativo o navegador. Un ejemplo sería virtualizar Microsoft PowerPoint para poder utilizarlo en Ubuntu mediante el navegador Opera.
La implementación de los dos entornos también es diferente. La virtualización de escritorios repercute en la arquitectura de red, los protocolos de transmisión y el centro de datos, mientras que la virtualización de servidores solo modifica el servidor.
A fin de reducir los costes y mejorar la productividad, las organizaciones deben transformar su área de trabajo digital. Esto significa migrar los activos de red de las instalaciones a la nube. Este cambio de paradigma ha llevado a DaaS.
El área de trabajo digital actual agrega los dispositivos, las aplicaciones y los servicios que necesitan los usuarios. Estas áreas de trabajo deben gestionarse de forma segura y unificada para permitir el acceso común en toda la empresa.
Las soluciones DaaS se pueden implementar con VMware Horizon® View™ 7, un producto de virtualización de escritorios que optimiza la distribución, la protección y la gestión de escritorios y aplicaciones. Con una sencillez, velocidad, flexibilidad y escalabilidad insuperables, Horizon reduce notablemente los costes en comparación con la infraestructura de escritorios virtuales (VDI) convencional y, además, garantiza una experiencia de usuario más atractiva y con persistencia en cualquier dispositivo, momento y lugar.
Horizon respalda la movilidad del espacio de trabajo y permite a los usuarios acceder a múltiples aplicaciones desde la nube de forma rápida y simultánea en cualquier dispositivo, aunque sean específicas de distintos sistemas operativos.
Algunos de los productos específicos de Horizon son:
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