¿Qué es una aplicación virtual?

Las aplicaciones virtuales son aplicaciones optimizadas para ejecutarse en un entorno virtual que puede residir en las instalaciones o en la nube. En pocas palabras, una aplicación virtual se ejecuta en un ordenador sin necesidad de instalarla antes. Esto se puede lograr de varias maneras utilizando tecnologías como la virtualización de escritorios o la gestión de aplicaciones. Existen algunas diferencias importantes entre estos enfoques, pero a menudo se utilizan juntos para mejorar la experiencia de usuario y simplificar la gestión.

Descripción de la solución VMware SaaS App Management

«VMware App Volumes Enhancements Accelerating Application Delivery»

¿Cuáles son las ventajas de las aplicaciones virtuales?

Algunas de las muchas ventajas de las aplicaciones virtuales son las siguientes:

  1. La virtualización de escritorios y aplicaciones puede permitir el acceso a las aplicaciones desde dispositivos incapaces de ejecutarlas en condiciones normales. Por ejemplo, se podría utilizar una aplicación de Windows en un dispositivo macOS o Android.
  2.  La distribución de aplicaciones de forma remota también permite a las organizaciones admitir el uso de dispositivos personales en el trabajo, ya que cualquier dispositivo con un navegador web puede acceder a las aplicaciones.
  3. La simplificación de la gestión y la actualización de las aplicaciones se traduce en una reducción de los costes generales de soporte, ya que los administradores solo tienen que actualizar una única aplicación virtual en un único servidor para distribuirla a los dispositivos cliente de toda la empresa.
  4. El tamaño de la imagen base es menor porque el sistema operativo y la aplicación son independientes. Por ello, la imagen base no es tan grande como lo sería si todas las aplicaciones estuvieran instaladas en ella. Esto reduce los costes de almacenamiento, agiliza la gestión de imágenes y minimiza el tiempo que los administradores tienen que dedicar a esta gestión.
  5. La portabilidad es mejor porque las aplicaciones se pueden implementar en cualquier lugar en cuestión de minutos, lo que significa que los usuarios pueden ser productivos dondequiera que se encuentren.
  6. El gasto en licencias de software es menor porque las aplicaciones virtuales se ejecutan según las necesidades y no tienen que instalarse en todos los dispositivos. Muchos usuarios rara vez o nunca utilizarán una aplicación, por lo que las herramientas de gestión de aplicaciones pueden ayudar a determinar el número correcto de licencias para cada aplicación virtual.
  7. La vida útil de los terminales puede ampliarse, convirtiéndolos en «clientes ligeros» que acceden a escritorios y aplicaciones remotos.
  8. Es posible distribuir cualquier aplicación de Windows según las necesidades.

Métodos de distribución de aplicaciones virtuales

Vamos a examinar los principales métodos de distribución de aplicaciones virtuales, empezando por la tecnología denominada «virtualización de escritorios».

Virtualización de escritorios y aplicaciones

Cuando se utiliza la virtualización de escritorios para distribuir aplicaciones virtuales, la aplicación en sí se ejecuta en un ordenador de un centro de datos que puede ser propiedad de la empresa o de un proveedor de nube. La interfaz de usuario de la aplicación se envía a través de la red, a menudo por Internet, a un dispositivo a veces denominado «cliente ligero», donde el usuario puede ver las aplicaciones e interactuar con ellas como si se estuvieran ejecutando en el propio dispositivo. Pueden utilizarse muchos dispositivos, incluidos los que ejecutan macOS, Windows, Linux, Android o iOS. En la mayor parte de los casos, lo único que se necesita es un navegador web.

En este enfoque, la aplicación se puede considerar «virtual» porque no reside en el dispositivo. Además, la configuración típica del centro de datos es que el ordenador en el que se ejecuta la aplicación real suele ser una máquina virtual que se ejecuta en un hipervisor.

La virtualización de escritorios es extremadamente útil a la hora de respaldar a los teletrabajadores. Como se distribuyen solo interfaces de usuario de escritorios y aplicaciones a dispositivos remotos, las organizaciones pueden garantizar que los datos reales permanezcan en un centro de datos en lugar de en dispositivos dispersos. Las interfaces de las aplicaciones o front-ends (con lo que los usuarios interactúan) también se pueden ubicar geográficamente más cerca de sus respectivos back-ends (los sistemas donde residen los datos), lo que mejora el rendimiento y la productividad de los usuarios. 

Empaquetado de aplicaciones

Las aplicaciones distribuidas a través del empaquetado de aplicaciones (o «transmisión de aplicaciones», aunque este término a veces se confunde con las aplicaciones distribuidas a través de la virtualización de escritorios) difieren de la virtualización de escritorios porque, de hecho, se ejecutan en una máquina determinada a pesar de no estar instaladas al encender dicha máquina. Las soluciones de gestión de aplicaciones utilizan algún tipo de «empaquetado» para crear un paquete independiente que consta de los archivos ejecutables, los archivos de registro, la configuración y el resto de elementos necesarios para que una aplicación funcione. Este paquete se asigna a usuarios o máquinas individuales, de forma que, cuando el usuario inicia sesión (o se enciende la máquina), la aplicación se conecta a la máquina. De esta manera, la aplicación se comporta con normalidad, aunque en realidad nunca se haya instalado en ningún dispositivo, ya que el sistema operativo subyacente cree que sí (y, por ende, el usuario).

Cuando es necesario actualizar una aplicación, en lugar de actualizarse en cada máquina individual, el paquete de la aplicación se actualiza una sola vez. Cuando los usuarios vuelvan a iniciar sesión, se les proporcionará la versión más reciente de la aplicación. Esto simplifica drásticamente la aplicación de parches y actualizaciones.

Las aplicaciones distribuidas de esta manera también se pueden aislar del sistema operativo o de otras aplicaciones en el dispositivo. Para ello, se utilizan diferentes métodos. Algunas soluciones aplican una capa de virtualización entre las aplicaciones vinculadas y el sistema operativo. Otros utilizan controladores de filtro sofisticados, mientras que hay algunas plataformas que no ofrecen ningún tipo de aislamiento.

Además de la seguridad y el aislamiento, las soluciones de gestión de aplicaciones facilitan la gestión porque reducen el número de imágenes base que se deben mantener. Al mantener en la imagen base solo las aplicaciones que todos los usuarios requieren, y gestionar y distribuir de forma centralizada todas las demás aplicaciones como paquetes y asignaciones individuales, los administradores pueden aplicar parches y actualizar tanto el sistema operativo como las aplicaciones individuales con más facilidad.

Combinación de ambos enfoques

Los dos enfoques respecto a la virtualización de aplicaciones son útiles, pero si se usan juntos pueden constituir un componente esencial para toda estrategia de gestión de escritorios y aplicaciones. Los paquetes de aplicaciones pueden asignarse a los escritorios virtuales y distribuirse como aplicaciones virtuales a un cliente ligero u otro dispositivo remoto. Esto da como resultado lo mejor de ambas opciones: acceso remoto centralizado a escritorios y aplicaciones virtuales, con toda la flexibilidad y la reducción de la carga de gestión que aporta el empaquetado de aplicaciones. 

¿Qué diferencia hay entre las aplicaciones virtuales y los escritorios virtuales?

Tanto las aplicaciones virtuales como los escritorios virtuales simplifican la distribución de aplicaciones a los empleados y usuarios, independientemente de la ubicación o el dispositivo. Como su nombre indica, la virtualización de escritorios desvincula todo el escritorio del usuario (incluidas todas las aplicaciones) del dispositivo cliente, que funciona de forma similar a un terminal o un cliente ligero.

Por otro lado, las aplicaciones virtuales se refieren a aplicaciones individuales que están virtualizadas. Sin duda, una organización puede utilizar ambas metodologías para cumplir objetivos empresariales y de TI específicos.

La virtualización de escritorios se diferencia de la virtualización de aplicaciones en lo siguiente:

La virtualización de escritorios consiste en publicar todo el entorno de escritorios desde los servidores (del centro de datos o de un proveedor de nube), lo que permite a los usuarios acceder a ese entorno de escritorios desde un dispositivo conectado a la red, ya sea en las instalaciones o de forma remota a través de Internet.

La virtualización de aplicaciones consiste en publicar aplicaciones individuales desde un servidor, con acceso proporcionado a través del protocolo de visualización remota o de la transmisión de aplicaciones. Los mecanismos subyacentes son los mismos que los de la virtualización de escritorios, excepto que en lugar de enviar todo el escritorio al usuario, solo se envía la interfaz de usuario de la aplicación individual.

Los empleados que necesiten acceder a todas sus aplicaciones empresariales, aunque utilicen varios dispositivos, optarán por la virtualización de escritorios. Las aplicaciones virtuales son más adecuadas para los empleados que solo necesitan acceder a un número reducido de aplicaciones.

Las empresas pueden combinar ambos métodos para personalizar las implementaciones de aplicaciones para todos los empleados en función de sus necesidades de uso específicas.

¿Cuáles son los casos de uso de las aplicaciones virtuales?

Empleados geográficamente dispersos: la pandemia mundial de la COVID-19 no ha hecho más que acelerar las iniciativas de teletrabajo que ya habían ido cobrando fuerza. Dado que los empleados están cada vez más dispersos y trabajan desde una serie de dispositivos no gestionados, la capacidad de utilizar aplicaciones virtuales para admitir la gama más amplia de dispositivos se ha vuelto cada vez más importante.

Portabilidad y migración: las aplicaciones virtuales facilitan la migración desde el entorno local a la nube, y simplifican la migración de servidor a servidor y de nube a nube.  Las organizaciones pueden seguir utilizando aplicaciones web heredadas mediante la virtualización del cliente web necesario junto con la aplicación que se va a migrar o portar.

Reducción de la consolidación de silos y servidores: las muchas aplicaciones que antes eran incompatibles en cuanto al uso en la misma máquina ahora pueden ejecutarse en un mismo sistema, ya que las aplicaciones virtuales pueden empaquetarse o incluirse en un entorno de pruebas con datos de configuración específicos del usuario y, así, ejecutarse sin interferencias.

Aislamiento de aplicaciones cliente: los conflictos entre aplicaciones de dispositivos cliente se pueden eliminar de forma similar, mediante el aislamiento de aplicaciones entre sí y del sistema operativo subyacente en un solo archivo ejecutable que se puede implementar fácilmente en muchos dispositivos.

Uso de dispositivos personales en el trabajo (BYOD) y seguridad de escritorios: la implementación de aplicaciones virtualizadas puede actuar como un PC bloqueado, a la vez que permite a los usuarios ejecutar programas y juegos personales sin que ello afecte a la seguridad de las aplicaciones o de la empresa.

 

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