Un modelo de informática multinube es aquel mediante el que una organización combina varias nubes, que pueden ser dos o más nubes públicas, dos o más nubes privadas, o cualquier combinación de ambos tipos.
La arquitectura multinube es el supraconjunto de varios de los siguientes entornos: nube pública, nube híbrida, perímetro e infraestructura local. Un modelo de implementación multinube se basa en el uso de más de un proveedor de servicios de nube pública para la obtención de capacidad de procesamiento o de recursos de almacenamiento, independientemente del uso de otra infraestructura local o de nube privada. Si una implementación multinube incluye infraestructura local o de nube privada, se la considera un entorno multinube híbrido.
Una estrategia multinube no solo proporciona más flexibilidad para determinar qué servicios de nube elige utilizar una empresa, sino que también reduce la dependencia de un único proveedor de alojamiento de nube.
Hay varias razones por las que adoptar una plataforma multinube, por ejemplo:
La gestión multinube es el conjunto de herramientas y procedimientos que permiten a una organización supervisar, optimizar y proteger las aplicaciones y las cargas de trabajo en el centro de datos, el perímetro y cualquier entorno de nube. Lo ideal es que una solución de gestión multinube permita a equipos interdepartamentales gestionar varias nubes de varios proveedores (por ejemplo, AWS, Azure y GCP) desde una sola interfaz, y que admita herramientas de coordinación de contenedores e implementaciones multinube, como Kubernetes.
A continuación se indican algunas de las ventajas de disponer de una plataforma de gestión multinube:
Cada vez es más común contar con una estrategia multinube. De hecho, una organización promedio utiliza más de dos nubes públicas además de nubes privadas. Nuestro último estudio revela que el 80 % de las organizaciones disponen de un modelo distribuido para aplicaciones de nube en entornos públicos, privados y perimetrales, y esperan poder combinarlos satisfactoriamente en los próximos tres años. Dado que se prevé que el 53 % del total de las aplicaciones se hayan modernizado en 2024, se espera que el entorno multinube crezca a la par.
Aunque muchas organizaciones utilizan canales de banda ancha tradicionales para conectarse con sus proveedores de nube, muchas empresas recurren a proveedores de virtualización de funciones de red (NFV) que ofrecen otros proveedores de redes perimetrales, como Megaport y Equinix. Así, usan un solo canal de la organización que se beneficia de la interconexión entre los principales proveedores de nube que ofrecen estas empresas.
Idealmente, las organizaciones deberían tener en cuenta el entorno multinube al diseñar su arquitectura de nube, es decir, tendrían que involucrar a todos los proveedores de servicios de nube a la vez y planificar la plataforma de gestión multinube desde el principio.
Dado que esto no siempre es práctico, hay muchas herramientas disponibles para gestionar entornos multinube, y Gartner analiza periódicamente las mejores soluciones multinube en sus informes de Cuadrante Mágico.
Aunque existen muchas estrategias y soluciones de gestión multinube, las mejores comparten una serie de características comunes. Quizá la más interesante sea la compatibilidad con los contenedores, que permite trasladar cargas de trabajo sin problemas entre varios proveedores de nube. Por lo tanto, la compatibilidad con contenedores y Kubernetes es fundamental para que la plataforma de gestión multinube sea sólida.
La automatización es otra característica de las soluciones efectivas de gestión multinube. La automatización permite a los equipos de TI implementar, supervisar y proteger las aplicaciones de forma rápida y fiable, así como aplicar escalabilidad a sus operaciones sin verse sobrepasados. De esta forma, la automatización ayuda a las empresas a gestionar la complejidad de los entornos multinube.
Es fácil confundir la nube híbrida con el entorno multinube, pero se diferencian en dos cuestiones principales.
Teniendo en cuenta estas diferencias, es posible (y habitual) tener un entorno multinube que también sea una nube híbrida por disponer de una nube privada como mínimo, una nube pública como mínimo y cierto nivel de interoperabilidad entre los entornos de nube privada y pública. Dicho de otro modo, la nube híbrida siempre se considera un entorno multinube, pero el entorno multinube no siempre es híbrido.
Es posible que las empresas prefieran utilizar una nube híbrida para disfrutar de operaciones uniformes en todos los entornos y porque una nube privada es más económica que utilizar una nube pública, pero no ofrece escalabilidad tan fácilmente. Si una empresa necesita la capacidad de gestionar picos de demanda, podría utilizar una nube privada para ejecutar la mayoría de las cargas de trabajo y acceder a la nube pública únicamente cuando sea necesario. O bien, si una empresa ofrece servicios que recopilan datos de los clientes, puede alojar los servicios en una o varias nubes públicas y mantener la información confidencial en una nube privada.
Algunas organizaciones usan las funciones multinube para gestionar volúmenes de almacenamiento muy grandes a los que accede con frecuencia una amplia variedad de usuarios. Por ejemplo, Netflix, el gigante la transmisión multimedia, utiliza AWS y Google Cloud para reducir su dependencia de un único proveedor, aprovechar los servicios de recuperación ante desastres y continuidad del negocio entre proveedores y utilizar las funciones exclusivas de cada nube.
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